Novoa Vaquerano, Mario Antonio's Obituary
Mario Antonio Novoa Vaquerano falleció el día 17 de Junio, 2025.
El nació en El Salvador ciudad de San Vicente un 20 de Noviembre de 1958. Ahora él goza de la compañía de su mamá Juana Ofelia Vaquerano, su padre Pablo Novoa, y sus hermanos Erasmo Novoa y Armando Novoa.
Le sobreviven sus hijos, Maria Rosalba Novoa, Armida del Carmen Novoa, Alicia Guadalupe Novoa, Sandra Lorena Novoa, Pablo Antonio Novoa, y Jason Arias, 11 nietos ( Brittney, Ruby, Carletto, Ivan, Mario, Elijah, Geovanny, Jacob, Cristóbal, Andrew, y Lucy)
Hoy despedimos a Mario Novoa, un padre cariñoso que siempre estuvo ahí para su familia al igual que para sus amigos y cualquiera otra persona que buscaba su ayuda. Fue un hombre bueno y comprometido, trabajador y generoso. Hoy lo despedimos con tristeza, pero sabiendo que su espíritu altruista será ejemplo para quienes estuvieron a su lado y lo conocieron en vida.
Mario Novoa era un hombre trabajador que a su corta edad laboró la tierra de sus padres y de adulto se dedicó al ganado. Mario dejó su patria El Salvador e emigró a Estados Unidos donde vivió la mayoría de sus años en la ciudad de Damascus, ganando el título de “El Rey de Damascus” donde se dedicó a la construcción. En esta profesión conoció a muchas personas a las cuales él nunca dudó en brindarles una mano cuando más lo necesitaron. El espíritu altruista fue una de las cualidades por las que él siempre será recordado.
Mario Novoa disfrutaba mucho el jugar cartas con su familia y nietos y contar historias de su niñez y cuentos que jamás serán olvidados. Fue un gran consejero y es uno de los hombres más honestos y sinceros que este planeta ha tenido.
Mario creía mucho en la unión familiar y sembró esa semilla en sus hijos, el siempre se esforzó por sembrar la semilla del amor y del perdón en todos sus hijos y sus consejos serán siempre recordados y pasados a nuestra nueva generación. Mario disfrutaba mucho las reuniones familiares y siempre inventaba el cocinar elotes o yuca al aire libre para tener a la familia reunidos.
Las memorias creadas en vida serán por siempre atesoradas en nuestros corazones. No tenemos duda que ahora ya no sufre más y disfruta de la presencia de Dios.
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